Como humanos estamos en constante movimiento y nuestra vida diaria se basa en interactuar con nuestro entorno. Cada lugar del mundo tiene circunstancias distintas en función de su geografía, cultura y otros factores. Cada lugar tiene situaciones características que quizá en el otro lado del mundo sean inimaginables. En un mundo donde la adaptación y la innovación son fundamentales para mejorar la calidad de vida, el diseño social emerge como una poderosa herramienta para abordar desafíos específicos en diversas comunidades. 

Este proyecto está dedicado a los vendedores en playas venezolanas que usan las mismas herramientas desde toda su historia. Trabajan largas horas en cayos alejados, accesibles solo por embarcación, en aguas poco profundas y tranquilas. Utilizan tablas flotantes para mostrar y transportar sus productos, principalmente gastronomía venezolana, siendo las ostras locales las más populares. El objetivo es proporcionar a los vendedores las instrucciones de fabricación para una herramienta de trabajo pensada y diseñada únicamente para ellos, que puedan elaborar por sí mismos.